A los negros de mi paìs

La tendencia más absurda que la humanidad ha visto y la más injusta es el racismo. Ninguna de sus razones tiene rasgo científico. Los humanos procedemos de un África negra y remota en tiempos y lugares, hallazgos de la paleoantropología genética y molecular indican mucho por conocer y sus indicios complejos.

Imagen del post: Ángulos cardinales es un proyecto cuya razón de ser es el encuentro del equipo de educación del Museo del Prado y colectivos de personas migrantes interesadas en el pensamiento, el diálogo y la creación desde una óptica decolonial. https://afrofeminas.com/2021/11/29/angulos-cardinales-un-proyecto-decolonial-en-el-museo-del-prado/

De llanuras y selvas africanas los humanos migraron y cambiaron a otras tierras y colores, salieron o los sacaron los esclavistas, allí donde miles de migrantes, unos con el tiempo evolucionado por la acción climática se hicieron blancos, otros esclavos, como negros del arquetipo con sus rítmicas en cruz.

Yodel en África.

Melisma con yodel sus voces con su animosidad, vuelan altas y bajas hacia el torbellino de los horizontes, vientos en tardes que vuelvan a mil destinos. Trabajaron bajo soles en las haciendas y en tardes de naranja con ciudades en luna llena o hacia una precipitación de estrellas nuevas.

Proceden de horizontes paralelos, convergen de pueblos ancestrales con cantos de abejorros de tierra derretida, allí fueron arrancadas y prisioneros en galeras y atados a otros remos sin los diluvios de sus selvas.

Los vacíos de sus soledades de jungla virgen con runruneos de hormigas legionarias, martillan con golpes de remos en sus mentes agrietadas desde lejanías con huellas invisibles, allá donde los caracoles de arena y mar atraen con polirritmia, contrastados con antiestrellas y males de ojos que meditan, ojos buenos entre oscuridades.

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Arriban maltratados con escorbuto, reverberan sus dolores con el blues bajo la lúnula llena y creciente en el verano, los gritos cantan su fiebre tiritante en el dolor.

Huyeron desde un valle de esclavistas donde desafiaron sin deslumbramiento a los señores de apellidos influyentes y se resistieron ante creencias crucificadas con martirios que pagan pecados antiguos y ajenos, alzaron su palenque sin castigos por pecados de miles de Adanes.

Suenan sueños pisaos de marimba en palma-chonta, trazan huellas de un tiempo con cantos de mujeres en la iglesia de la Santa María. Ro ri, ro ra. Al otro lado flotan las canoas, mojadas bajo los montes que envían ríos con semillas de oro, San Antonio ya se va.

A las mujeres sin marido, las guía un santo patas arriba bajo nubes de brillantez, revuelan sus sueños con mariposas rojas y las cigarras rozan hojas con su tiempo y trazan brillos en la oscuridad y en sus claras vidas, se balancean al bamboleo y abozao con tambores africanos.

Con zumbas de añoranza a Oshún, Sangó, Ellegua, Yemayá. Tras los Orishas yoruba con sus piedras, Oggún y Oyá suenan con son de metales, caracoles con semillas que no hacían falta en sus cuellos. Espantan a sus pensamientos malos que huyeron relevados de promesas esponjosas, hay otras respiraciones con un ritmo sacro de esperanzas en sus deidades sin cadenas con años a nuevos Orishas y Olodumare para la mejor vida en la tierra.

Atrás el surco del cañaduzal descalzo que hacía caer los dientes, la tierra sin bantú con nombre inhabitable, las esperanzas vacías atadas tras los siglos con mazurca, las calles con tintineos y surtidos de negociantes de oro y la filigrana esquilmada hacia barcos de velas blancas y palabras de ministros con su pregón esotérico en los saldos de los banqueros.

La negramenta estudiosa llega nueva y cantadora, resuena al soul, sueña y escribe, le canta al trabajo, corre tras los balones y golean en el mapamundi, trazan destinos donde su morada se reconstruye entre las ciudades, su polirritmia es la vida nueva que ha llegado a tejerse entre sus cabellos y abalorios, visible en tacones altos por los caminos de la esperanza con atuendos de alta costura africana donde los colores atraen como los sonidos de su expresión que embelesa.

Canto Negro, Canto Mío. Mujeres del Pacífico Colombia

Comments

4 respuestas a “A los negros de mi paìs”

  1. Avatar de azurea20

    Impresionante post, tanto por la palabra, la música y la imágenes. Necesario.

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  2. Avatar de guillegalo

    Agradezco Azurea tus apreciaciones.

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  3. Avatar de attis

    Conmovedor e informativo… Colonización… el destino de la esclavitud…
    Felices los que no tuvieron parte en ella: pueblos, historias…
    El capitalismo colonial es la vergüenza de la humanidad. Que sigue siendo el mismo hoy.

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    1. Avatar de guillegalo

      Xattis, Me da entusiasmo su lectura y aún más sus percepciones compartidas.

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